Después del sismo del 17 (y del 85) la gente era amable con nosotros, nos daban agua, comida, cargar teléfono, prestaban sus baños. Ahora, sólo para "agradar" a su Andrés Manuel, nos tachan de inmorales y aprovechados por exigir vacunas. ¿Nos vemos en la siguiente catástrofe?