En el verano de 1939, un periodista le planteó a Freud que definiera lo que para él era una persona sana, a lo que respondió: «cualquier persona capaz de amar y trabajar».
”El que está enamorado está humillado. El que ama ha sacrificado, por así decir, un fragmento de su narcisismo y solo puede restituírselo a trueque de ser-amado”.
📍 Donald Trump: "Yo amo a Javier Milei porque él me ama a mí".
🗃️ Habló en la Conferencia Política de Acción Conservadora en Virginia.
💬 “Argentina es MAGA. Su presidente es un gran tipo, él me ama, y yo lo amo a él. Cuando llamó, atendí. Cualquiera que me quiera, me agrada".
Un día como hoy pero en 1899, Sigmund Freud publicaba su texto La interpretación de los sueños: “El sueño es un acto psíquico de pleno derecho; su fuerza impulsora es, en todos los casos, un deseo por cumplir”.
“Un fuerte egoísmo preserva de enfermar, pero al final uno tiene que empezar a amar para no caer enfermo, y por fuerza enfermará si a consecuencia de una frustración no puede amar”. (Introducción al narcisismo, 1914)
Es muy de psicopata decirle a alquien “deberias decirlo de esta manera”. No nos olvidemos, q hasta Freud decia, no podemos pretender q el otro se exprese como queremos. Fin
"El analizado no recuerda, en general, nada de lo olvidado y reprimido, sino que lo actúa. No lo reproduce como recuerdo, sino como acción; lo repite, sin saber, desde luego, que lo hace”. (Recordar, repetir y reelaborar, 1914, p152)
Sigmund Freud y su esposa Martha Bernays. Cuando eran novios, Freud en una carta le escribió: "No apetezco sino lo que tú ambicionas para ambos porque me doy cuenta de la insignificancia de otros deseos comparados con el hecho de que seas mía.
Grabación publicada el 27 de diciembre de 1983 por la BBC. Se grabó en la casa de Londres de Freud. Él ya se encontraba muy enfermo y 9 meses después falleció.
“No le sirven de nada al enfermo todos esos aseguramientos de que «querer es poder», ni todas las exhortaciones y vituperios. Es preciso intentar primero que se convenza a sí mismo, por el rodeo del análisis, de la existencia de ese propósito a enfermar”.
Sigmund Freud y su madre, Amalia Malka Nathansohn Freud, nacida el 18 de agosto de 1835 en Brody, Ucrania. Falleció el 12 de septiembre de 1930 en Viena, Austria a sus 95 años, por tuberculosis.
“Es posible que la muerte en sí no sea una necesidad biológica. Tal vez morimos porque deseamos morir. Así como el amor o el odio por una persona viven en nuestro pecho al mismo tiempo, así también toda la vida conjuga el deseo de la propia destrucción.
“Cuando el caminante canta en la oscuridad, desmiente su estado de angustia, mas no por ello ve más claro” (Inhibición, síntoma y angustia, 1926, p92).
Hoy paso una mamá y un nene de aproximadamente 4 años por mi caja y a medida que me pasaba los productos me iba diciendo para que lo llevaba y cuando me pasa las toallitas me dice "esto es para cuando a mi mama le sangra el pito" jajajajajjwjsjahjajsj
“La ocupación preferida y más intensa del niño es el juego. Acaso tendríamos derecho a decir: todo niño que juega se comporta como un poeta, pues se crea un mundo propio o, mejor dicho, inserta las cosas de su mundo en un nuevo orden que le agrada.
“Un hombre no debería luchar por eliminar sus complejos, sino entrar en acuerdo con ellos: son legítimamente los que dirigen sus conductas en el mundo”.
“Es por cierto demasiado triste que en la vida haya de suceder lo que en el ajedrez, donde una movida en falso puede forzarnos a dar por perdida la partida; y encima con esta diferencia: no podemos iniciar una segunda partida, una revancha” (De guerra y muerte, 1915).
“El que tenga ojos para ver y oídos para escuchar puede convencerse de que ningún mortal puede guardar un secreto. Si sus labios guardan silencio, conversa con las yemas de los dedos; la revelación transpira en cada poro”.
“Pero nosotros no aspiramos al éxito terapéutico en primer lugar; queremos poner al enfermo en condiciones de asir concientemente sus mociones inconcientes de deseo. Lo conseguimos en tanto, fundados en las indicaciones que él nos hace, y por medio de nuestro arte interpretativo,
“Queda para el futuro decidir si la teoría contiene más delirio del que yo quisiera, o el delirio, más verdad de lo que otros hallan hoy creíble” (Acerca del mecanismo paranoico, 1911 [1910], pág. 72).
“Además, puedo asegurarles que están mal informados si suponen que consejo y guía en los asuntos de la vida seria una parte integrante de la influencia analítica. Al contrario, evitamos dentro de lo posible semejante papel de mentores” (Conferencia 27º, 1916-1917, pág. 394).
“Hay hombres que repiten siempre a través de toda su vida, sin corregirse y para su daño, las mismas reacciones, o que parecen perseguidos por un destino implacable,
“Todos los psiconeuróticos son personas con inclinaciones perversas muy marcadas, pero reprimidas y devenidas inconscientes en el curso de desarrollo. Por eso sus fantasías inconscientes exhiben idéntico contenido que las acciones que se han documentado en los perversos” (1905).
“Nunca estamos menos protegidos contra las cuitas que cuando amamos; nunca más desdichados y desvalidos que cuando hemos perdido al objeto amado o a su amor” (El malestar en la cultura, 1930 [1929], pág. 82).
“Ya se convencerá usted de que adelantamos mucho si conseguimos transformar su miseria histérica en un infortunio corriente. Contra este último podrá usted defenderse mejor con una vida anímica restablecida”.
“¿Crees de verdad que soy tan simpático? Mira, lo dudo mucho. Yo pienso que la gente nota en mi algo extraño y que el motivo reside en última instancia en que durante mi juventud no fui joven y ahora que me acerco a la edad madura no puedo situarme del todo en ella.
“El enfermo extrae del arsenal del pasado las armas con que se defiende de la continuación de la cura, y que nos es preciso arrancarle pieza por pieza” (en Recordar, repetir, reelaborar, 1914, p153).
“La vejez, con sus arrugas, llega para todos. Yo no me revelo contra el orden universal. Finalmente, después de setenta años, tuve lo bastante para comer. Aprecié muchas cosas -en compañía de mi mujer, mis hijos- el calor del sol. Observé las plantas que crecen en primavera.
“Parece natural que un análisis como este, de alguien prácticamente sano, no termine nunca. Quien sepa apreciar el elevado valor del conocimiento de sí adquirido con tal análisis, así como del mayor autogobierno que confiere,
“La vida pierde contenido e interés cuando la apuesta máxima, precisamente la vida misma, está excluida de sus luchas. Se vuelve tan vacía e insípida como un flirt americano, en el que desde el primer momento está claro que no debe pasar nada” (Nosotros y la muerte, 1916).
“Todo saber adquirido sobre el sueño sirve también a la formación de sueños como una advertencia” (El uso de la interpretación de los sueños en el psicoanálisis, 1911, p91).
“Hay una historia detrás de cada persona. Hay una razón por la que son lo que son. No es tan solo porque ellos lo quieren. Algo en el pasado los ha hecho así, y algunas veces es imposible cambiarlos”.
“Suena paradójico, pero tiene su buen sentido. En efecto, en el circuito de un psicoanálisis crece no solo el coraje del enfermo, sino, por así decir, también el de su enfermedad; esta se atreve a dar unas exteriorizaciones más nítidas”.
Freud y el aborto
“El infeliz destino corrido por mi hija me parece albergar […] una advertencia que nuestro gremio no suele tomar muy en serio. En vista de una ley necia e inhumana que obliga a continuar con el embarazo aun a mujeres que no lo desean, se torna evidente que+
El impulso de vida o el impulso de muerte habitan lado a lado dentro nuestro. La muerte es la compañera del amor. Ellos juntos rigen el mundo” (En “El valor de la vida”, entrevista a Freud a sus 70 años, por G.S. Viereck en 1926).
"Tras eliminarlos, lo único aprehensible que resta de la enfermedad es la capacidad para formar nuevos síntomas" (Los caminos de la formación de síntoma, 1978e).
“Es incorrecto hablar de un imperio del principio de placer sobre el decurso de los procesos anímicos. Si así fuera, la abrumadora mayoría de nuestros procesos anímicos tendría que ir acompañada de placer o llevar a él; y la experiencia más universal refuta enérgicamente
“La aparente consecuencia de la enfermedad es, en la realidad efectiva, la causa, el motivo de devenir enfermo”. (A propósito de un caso de neurosis obsesiva [Hombre de las ratas], 1909, p157)
De vez en cuando tuve una mano amiga para apretar. En otra ocasión encontré un ser humano que casi me comprendió. ¿Qué más puedo querer?” (En “El valor de la vida”, entrevista a Freud a sus 70 años, por George Sylvester Viereck en 1926)
"Repetidas veces he tenido que escuchar de mis enfermos, tras prometerles yo curación o alivio mediante una cura catártica, esta objeción: «Usted mismo lo dice; es probable que mi sufrimiento se entrame con las condiciones y peripecias de mi vida;