Celebramos el momento de Enrico, el muro de Domínguez, un notable desempeño colectivo, pero lo que hizo Roldán fue brillante.
Dominó las bandas, asfixió al rival por izquierda y derecha, formó un interesante triángulo con Marvin y Enrico.
Y sí, fue el capitán. INSUPERABLE.