“¡escorias, mestizos, inmundos!”
sirius pasa por delante del retrato de su madre con la intención de ignorarlo y pretender que no existe, pero susurra “maldita vieja arpía” porque, dios, es imposible no hacerlo.
“¡tú, traidor, sumiso! ¡amante de monstruos! ¡sin vergüenza!”