Porque nunca las habrá,
mas bellas en todo el mundo;
ni en el idílico azul,
ni en el tártaro profundo;
Porque ya nunca será,
la mujer que las ostente,
ya ni diosa, ni mortal,
ni carnal ni transparente...
Pues primero lloverán,
emeterios y saetas,
antes que Dios replicar,
el