A esta señora no le importa la ética de sus artículos o ensayos, sólo le importa que se viralicen, tener fans, y favs, seguidores monetizar, capitalizar... y lo obtiene. Sus eventos se abarrotan, sus libros vuelan, su secta en redes gruñe, roe, y muerde.
Sí, hablo de Dahlia.