Un mediodia soleado, llegás a tu casa y ves que Marcelo convoca a la prensa.
Sabés lo que va a pasar, y pensas en lo peor, pero algo adentro tuyo te da una fe intacta.
Prendes la tele, lo ves a él, pero no es el mismo. Está cansado, agotado.
Y de repente, lo escuchas...