Cuántos años, por el amor de Dios, hay que fingir que algún día te sentarás a repasar los apuntes de la universidad antes de tirarlos. Cuánto tiempo dura esta farsa.
Si tienes buen oído (música, idiomas), la lengua se vuelve de velcro. Los acentos se pegan.
Suelo ver burlas a la forma en la que habla Arrimadas, que si es una farsante, que sin en Jerez aspira eses y en Madrid no. Esa adaptación al interlocutor se llama convergencia fonética.
Siempre había fantaseado con publicar alguna aclaración personal fotografiada directamente de mi app de notas, pero esperaba algo más jugosito y ruidoso, algo que acabara conmigo convertida en gurú del maquillaje o de las fajas invisibles. Pero no.
Ya no estoy en Marie Claire.
Febrero es el mes más soso, un interludio que nadie ha pedido, un incordio, siempre con los pies helados, pero también es el mes en el que cada día se observa a la luz ganar minutos a la noche. Es el mes previo a la nueva costumbre. Un mes de redescubrimiento, de maravilla.
Pues veréis, amigos, os voy a contar una historia: me he topado con esta entrevista a un tal Pedro Letai sobre su libro de *aforismos* y me he quedado pensando "joder ��de qué me suena esa frase?".
Ah, ya sé, la escribí yo con 23 años xDDD (sigue).
Es que si te fijas todas las niñas de ahora parecen la misma: pelo por la cintura, cadenita dorada al cuello y cinco pendientes en cada oreja, labios de color burdeos mate, pitillos, dos dedos de tobillo al aire, zapatillas de deporte y abrigo verde cacería.
(Ingres/ Madrazo)
Que comer sea una experiencia. Que dormir sea toda una experiencia. Vive experiencias. Comparte experiencias. Vende experiencias. Compra experiencias. Regala experiencias. Dona experiencias. Alquila experiencias. Acolcha el aburrimiento existencial de Occidente con experiencias.
Madrid es una ciudad antiantojos. No cabe decir “me comería un sándwich de Pólvora”, “uy, me tomaría ahora mismo una tortilla de chocolate de Fismuler”, “madre mía, unas croquetas de Carabaña”. Porque no vas a poder. Se te han adelantado. Hay que vivir con las pasiones agendadas.
Si yo me enrollara hoy al cuello una bufanda lennykravitziana y saliera a pasear, me llevaría en el bolso esta lista con los mejores libros del año según Andrés Trapiello, Laura Ferrero, Jorge de Cascante, Paca Flores o Luis Alemany.
Acabo de ver a Nuria Espert recitar a Lorca y qué tengo que hacer para que mis impuestos televisen a esta señora leyendo, cada mañana de sábado y de domingo, todo lo escrito jamás en español. Todo. Desde el Cantar de Mio Cid hasta el BOE y el reverso de los tickets de Mercadona.
Llevo un día y medio excusando una inminente artritis prematura en los más de 2700 libros que ha liberado la Red Municipal de Bibliotecas de Sevilla. De Irving a Cervantes, Pardo Bazán, Chéjov, Goethe, Freud o Espronceda. Aquí:
Que debió de apuntarlo en uno de sus cuadernos y se lió con la autoría, pero que la frasecilla es mía, claro, y que lo siente muchísimo. Y como yo lo único que quiero en el mundo es un poco más de rigor y, en general, un poco menos de morro, disculpas aceptadas.
Caso cerrado.
He adelgazado dos kilos en diez días siguiendo la más eficiente, ancestral y preveraniega técnica de adelgazamiento de todas cuantas el hombre puede jamás adoptar: la ansiedad.
Hay un botón que desactiva todo atractivo personal de manera fulminante y radical en menos de un segundo: el que, desde una muñeca, pone en marcha un smartwatch.
Estos días se presenta "Sevillana", primera incursión en la novela de
@CharoLagares
◾️Cuenta la historia de Alejandra Díez de la Cortina, una joven de la alta burguesía sevillana.
◾️Nos acercamos a su mundo y a su autora, periodista, escritora y también sevillana.
💻
@RTVENoticias
Algún intermediario dijo que no, mira, chica, Ingrid está liadísima. Se lo propuse a ella tras la primera entrevista y respondió que sin problema, por ella, guay. Eso hicimos.
Para el número de mayo he estado charlando con Ingrid García-Jonsson. Mucho.
Qué paz deja, cómo acolcha el cerebrito, escribir la lista de cosas que hacer para el día siguiente. Todo cabe en un papel. Es como si ya casi las hubieras hecho. Estás en control. Los límites son tuyos. Como al rechazar el postre después de un plato de pasta.
He escrito sobre la epidemia madrileña que ha infectado casi todas las ciudades: la del restaurante-parque de atracciones, con su carbonara en rueda de queso, torrija caramelizada y plantas artificiales de dos metros.
La epidemia de la trufake.
Puede parecer que el lino, con sus arrugas cobardicas que salen cuando nadie mira, es el más desleal de todos. Pero es la pana, con sus promesas de calor casi de chimenea que se esfuman en cuanto sopla el viento, el más traicionero de los tejidos.
Adriana Lastra va vestida al Congreso como si, tres meses después de haber llegado a la ciudad, se acabara de arreglar para la cena de Navidad de primero de Publicidad y Relaciones Públicas.
He quitado las notificaciones de todas las apps y ahora entrar en ellas de vez en cuando es como encontrar una monedita de dos euros olvidada en una chaqueta. Calderilla para el ego.
“No existe una cantidad de dinero capaz de brindarte una Coca-Cola mejor que la que está bebiendo el mendigo de la esquina”.
Los refrescos, la muerte y la democracia de Warhol.
Estaba leyendo ‘Macbeth’ y me ha emocionado encontrar esta foto mía de cuando entro a ojear el último grupo de WhatsApp en el que me han metido sin mi permiso para hacerle un regalo de cumpleaños a alguien a quien solo conozco de vista.
El efecto de corregir a alguien en público es siempre preciosísimo: la supuesta superioridad intelectual de la que se jacta el corregidor se transforma, en cuanto cierra la boca, en superioridad moral para el corregido. La corrección pública es, ante todo, una autohumillacion.
Una felicitación por un grupo de WhatsApp no es una felicitación. Es una desfelicitación, una muestra delicada y silenciosa de que no te quieren, como recibir una tarjeta regalo por tu cumpleaños. No es que no cuente. ¡Es que resta!
Yo hoy quería decir que en FNAC hay una versión especial limitada: Sevillana viene con Una o cien noches, una conversación (yo creo que bonita) con
@lunamonelle
. Pero hoy me han dicho a mí que se va a imprenta la segunda edición. En menos de una semana. Un millón de gracias. Dos.
Se acaba de poner en marcha la tercera edición. No se me saltan las lágrimas porque hace demasiado calor como para deshidratarme también por los ojos, pero se me escapan los grititos cada cinco minutos. Muchas muchas gracias.
Yo hoy quería decir que en FNAC hay una versión especial limitada: Sevillana viene con Una o cien noches, una conversación (yo creo que bonita) con
@lunamonelle
. Pero hoy me han dicho a mí que se va a imprenta la segunda edición. En menos de una semana. Un millón de gracias. Dos.
Fuera de Sevilla yo hablo como si de niña hubiera bebido de la Cibeles. En Sevilla, sin embargo, pronunciar todas las eses me choca, me parece teatro. No es consciente. Pero, ante el comentario ajeno, siempre es curioso ver cómo creemos que el mundo acaba donde acabamos nosotros.
Está El Retiro rebosando, hasta arriba de niños, padres, abuelos, puestos de helados con cola, manteles de pícnic enormes, cochecitos a pedales, perros, saxofonistas, patinadores, como si la gente tuviera ganas de, yo qué sé, vivir.